Hoy me ha venido a la mente una entrada que hice sobre el empleo de la informática en el mercado de la vivienda. Abril del 2006. ¡Cómo pasa el tiempo! Es curioso tengo ganas de dejar esta entrada después de comprobar lo rápido que pasa el tiempo, pero bueno ya que he empezado la acabaré.
La idea era muy simple, con una simple consulta a las bases de datos de la agencia tributaria, analizar el efecto que tendría limitar el número de viviendas por contribuyente. Por ejemplo, ¿cuál sería el porcentaje de contribuyentes que tienen más de 10 viviendas a su nombre? Si se introdujese un límite adecuado se consiguen 3 objetivos fundamentales: dar un aviso al mercado de que la burbuja está controlada; aumentar la oferta con el excedente que saldría a la venta; dejar claro que una persona puede seguir especulando siempre y cuando no supere ese límite. El establecimiento de ese límite debería ser como digo bastante laxo pero no demasiado. Ni sí, ni no, sino todo lo contrario, pero que exista.
El motivo de esta entrada es porque cuando expuse la idea en algunos blogs, a modo de comentario, o cuando la comenté en alguna conversación en el mundo real con otras personas, la reacción era la misma: o una total indiferencia o simplemente rechazo por pensar que iba contra el libre mercado. Hay que recordar que el derecho a la vivienda está recogido en la Constitución española de 1978 en su artículo 47. Por supuesto, es un derecho formal e idealista, pero lo que no es admisible es que ningún gobierno haya hecho nada para evitar que creciese la burbuja. Y sin embargo, y este es el motivo de la entrada, ahora vemos que en Estados Unidos de América, la nación que tiene el derecho de imponer la democracia en Irak en nombre de la libertad, interviene alegremente cualquier entidad financiera que esté en quiebra y la adquiera el estado para evitar que crezca la crisis. ¡Y no pasa nada! (de momento).
Pues nada, a buen entendedor pocas palabras bastan. No me enrrollo más.
La idea era muy simple, con una simple consulta a las bases de datos de la agencia tributaria, analizar el efecto que tendría limitar el número de viviendas por contribuyente. Por ejemplo, ¿cuál sería el porcentaje de contribuyentes que tienen más de 10 viviendas a su nombre? Si se introdujese un límite adecuado se consiguen 3 objetivos fundamentales: dar un aviso al mercado de que la burbuja está controlada; aumentar la oferta con el excedente que saldría a la venta; dejar claro que una persona puede seguir especulando siempre y cuando no supere ese límite. El establecimiento de ese límite debería ser como digo bastante laxo pero no demasiado. Ni sí, ni no, sino todo lo contrario, pero que exista.
El motivo de esta entrada es porque cuando expuse la idea en algunos blogs, a modo de comentario, o cuando la comenté en alguna conversación en el mundo real con otras personas, la reacción era la misma: o una total indiferencia o simplemente rechazo por pensar que iba contra el libre mercado. Hay que recordar que el derecho a la vivienda está recogido en la Constitución española de 1978 en su artículo 47. Por supuesto, es un derecho formal e idealista, pero lo que no es admisible es que ningún gobierno haya hecho nada para evitar que creciese la burbuja. Y sin embargo, y este es el motivo de la entrada, ahora vemos que en Estados Unidos de América, la nación que tiene el derecho de imponer la democracia en Irak en nombre de la libertad, interviene alegremente cualquier entidad financiera que esté en quiebra y la adquiera el estado para evitar que crezca la crisis. ¡Y no pasa nada! (de momento).
Pues nada, a buen entendedor pocas palabras bastan. No me enrrollo más.
2 comentarios:
Efectivamente, ese argumento de "eso es ir contra el libre mercado" ya no vale... y habría que sustituirlo por "ir en contra de la propiedad privada". A pesar de las intervenciones/nacionalizaciones estas no están atentando contra la propiedad privada porque los que reciben el dinero están encantados...
Has puesto el dedo en la llaga: cuando me va bien que nadie me toque lo mío porque eso sería fascista/stalinista, pero cuando me va mal por supuesto me pueden meter mano todo lo que quieran ...
Gentuza ...
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