Al empezar a leer el libro reconozco que pensé si podría llegar a acabarlo porque me pareció muy lento y desconexo. Seguramente porque el libro anterior fue pura acción e intriga. Pero seguí leyendo y lo que era lentitud se fue transformando en profundidad y lo que era desconexión se fue transformando en poesía.
Dentro de mi parco conocimiento literario empecé a relacionarlo con Azorín por la forma poética en que describía las situaciones cotidianas situadas en la Cataluña de posguerra de los años 40-50, lo cual me ayudó a insistir en su lectura, pero como digo a medida que fui leyendo más y más, mi vista literaria se fue adecuando al libro como la vista humana se adecúa a la noche. En definitiva, la historia tiene su propio ritmo y como digo, muy profundo, y por supuesto, con un estilo personal muy elaborado.
Trata sobre la vida de un matrimonio en la Cataluña de posguerra, Nena Rocamora y Baltus Arnau. Desde que se conocen, son novios, se casan y forman una familia.
El final es muy triste, lo cual resalta con la época de pleno vitalismo social y de perspectivas de futuro que se estaba viviendo en la Cataluña y en España en general. Evidentemente, las penurias de todo tipo existían, pero el futuro, aunque incierto, era sincera esperanza. Y ese contraste entre la tristeza por una situación personal, y el futuro en que toda la sociedad confíaba, es lo que hace que al final quede una sensación de profundidad, de perspectiva existencial.
Resumiendo. me ha gustado mucho.
En otro orden de cosas, buscando en internet hallé el blog de la autora (además de su página web) y como acababa de leer el libro hacía escasos minutos, no pude resistir el escribir un comentario a su entrada sobre la política catalana de exclusión de autores catalanes que escriben en castellano.
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